Coronavirus COVID2019, cultura comunicativa y cambio de escenario
El coronavirus COVID2019 ha generado una inaudita crisis sanitaria, un problema económico, un superávit de histeria consumista acaparadora, un previsible déficit social de calma, un intenso foco en los portavoces institucionales y comportamientos pseudoperiodísticos sensacionalistas imperdonables, entre otros retos, dificultades y pendencias…
El experto español en salud y comunicación, Aitor Ugarte, plantea 10 cambios sociales, culturales y comunicacionales que dejará el Covid-19, en una nueva sesión del Ciclo Comunicación & Salud UDD organizado por la Facultad de Comunicaciones de la Universidad del Desarrollo.
En esta charla realizada el día 20 de agosto, se actualizan cuestiones relacionadas con el presente artículo.
…Todo ello se va valorando día a día, con mayor o menor sosiego y acierto. Lo que aún no podemos analizar con perspectiva es el cambio cultural organizativo y comunicativo que va a conllevar para liderazgos, empresas, trabajadores y familias la exposición al coronavirus. A pesar de no tener certezas, sí podemos hacer previsiones conformadas por datos, experiencia e intuición, que son básicamente las materias primas de las que nos servimos quienes dedicamos tiempo a la Estrategia.
Desde esa incertidumbre estructurada, se pueden anticipar un cambio de escenario. Yo concibo el siguiente. Cuando la epidemia global pase querrá decir que la carga viral ha bajado hasta niveles no contagiosos, pero quedarán mutaciones. Mutaciones culturales que harán que las organizaciones, familias y personas no seamos ya las mismas. Será momento para la reflexión y para la transformación de aquellos operadores cuya cultura haya soportado malamente el tsunami de convicciones matizadas, comportamientos diferentes, emociones perdurables y creencias modificadas que surgirán de entre los respiradores, mascarillas y cuarentenas.
Para plantear este cambio de escenario me baso en un decálogo de observaciones de estas últimas semanas, incluso de estos últimos días, que creo necesario conjugar en futuro para que se pueda vislumbrar su potencial transformador:
1. Veremos incrementarse las cifras de teletrabajo, que fueron del 7,9% en el cuarto trimestre de 2019. Trabajadores y empresas que salgan fortalecidas de la necesidad tendrán más incentivos y menos barreras para adoptar la medida de forma voluntaria en el futuro: habrá quedado demostrado que es posible.
2. Comprobaremos mediante el amor filial y el intenso contacto con el aprendizaje primario, secundario y bachiller, las fortalezas y debilidades de las herramientas de formación a distancia y, junto con ello, la forma aún impersonal en la que se siguen concibiendo algunas interfaces. Es posible que también asistamos a alguna reivindicación subliminal de los educadores en forma de “os vais a enterar lo que es esto”.
3. Aprenderemos (o no) que el hogar está siendo un accidental coworking en el que adultos y pequeños vamos conociendo mejor los trabajos de los padres y los deberes de los hijos. Surgirán de ello inesperadas virtudes y sonoros cismas, que permitirán aprehender el significado profundo de la conciliación familiar y del decimonónico divorcio entre lo laboral y el resto de la vida.
4. Pondremos a prueba los liderazgos empresariales. Más allá de extremismos tipo “no pasa nada” o “todos vamos a morir” saldrá a la luz la parte oculta del iceberg. Se demostrará a quiénes les preocupan las personas y quiénes las ven como una fuerza de trabajo presentista, presencialista e intercambiable. Malos tiempos para el “es lo que hay” o “alguien tiene que quedarse aquí” cuando no es cierto que sea lo que haya ni que alguien tenga que quedarse allí. Pasará factura en forma de recelo, mal clima laboral e insatisfactorio employer branding.
5. Tendremos que demostrar el talento. Los talentos, mejor dicho: cuáles tenemos y de cuáles carecemos. Vamos a quedar expuestos a que se compruebe nuestro comportamiento responsable y compromiso laboral; acreditaremos (o no) nuestra capacidad de adaptación al cambio; confirmaremos si nuestras conversaciones virtuales fluyen o se estancan; si se puede innovar desde el distanciamiento social o no; si nuestras competencias digitales eran las supuestas o también enfermaron repentinamente.
6. Asistiremos en la práctica al más difícil examen de una asignatura no curricular: la alfabetización en salud. Empresarialmente, documentaremos si cumplir la normativa de prevención de riesgos y seguridad en el trabajo es sinónimo de cuidar a los empleados. En lo personal, sabremos si estamos preparados para cumplir con el estipulado distanciamiento social y, simultáneamente, equilibrar nuestras propias ansiedades con la hiperactividad (no patológica) de la niñez, las preguntas de la preadolescencia y la insistencia machacona en socializar presencialmente (tener “kedadas”) de los teens más añejos.
7. Constataremos de manera sensible qué significa que la pirámide poblacional se haya invertido. Atención, pregunta: ¿cómo cuidamos de nuestros mayores si no les podemos visitar? Ninguno queremos tirar de ellos, dada su vulnerabilidad al coronavirus, pero ¿quién atiende a los pequeños si nuestro trabajo no se ha digitalizado o no es digitalizable? Probablemente, terminemos sacando de sus retiros a sanitarios jubilados. Quizá esta gerontodependencia consiga que las empresas asimilen que el contacto con y el cuidado a sus `personas´ jubiladas es un recurso inapreciable.
8. Sacaremos nuevas conclusiones sobre el valor de lo público. No more comment.
9. Presenciaremos si la política se ha convertido solamente en marketing electoral partidista o existen vestigios todavía de aquello que se consideró el arte de lo posible. Pedro, Pablo, el otro Pablo, Santiago, Inés y demás líderes nacionales, regionales y locales debéis saber que os estamos mirando y examinando. Y que ahora nos importan mucho vuestras declaraciones y, sobre todo, vuestros hechos. Trump, Putin, Macron, Merkel, Johnson también os observamos. Algo tan tangible y radical como nuestra salud está en juego.
10. Sentiremos en nuestras carnes la complejidad. Pero no solo la burocrática, que también, sino la de los sistemas adaptativos complejos; aquellos que se organizan de manera que permiten realizar ajustes constantes dependiendo del comportamiento del entorno. Véase Stuart Kauffman, Edgar Morin, Rafael Alberto Pérez (mis respetos in memoriam, maestro) y los últimos avances en Estrategia del Boston Consulting Group.
En términos de cultura comunicativa este cambio de escenario conllevará consecuencias. Espero y deseo que se abra camino la cultura comunicativa relacional compleja, aquella que se basa en la bidireccionalidad de los mensajes, incorpora las dudas y los ajustes, se involucra con su entorno y comienza por escuchar al otro con ánimo de entenderle. Espero y deseo que la cerrazón de la cultura comunicativa propagandística o solo informativa, solo unidireccional y solo jerárquica de arriba abajo pierda peso en beneficio de una relacionalidad más horizontal.
Estaremos preparados para ello y daremos apoyo a las organizaciones y personas que deseen transformar su cultura comunicativa para atender a las necesidades internas y externas del nuevo escenario.
En la web de Comunideas, mientras dure esta crisis, aparecerá un mensaje que me gustaría dejar aquí como epílogo de este texto, con el ánimo de que -de alguna forma- perdure. Con él os dejo:
Queremos informar de que Comunideas, gracias a su configuración y funcionamiento digital, continúa prestando con normalidad sus servicios de Comunicación y Estrategia para transformar la cultura comunicativa de personas y organizaciones.
El coronavirus COVID19 no ha cambiado nuestras prácticas diarias excepto en incrementar nuestro uso de las herramientas de teletrabajo colaborativo e intensificar nuestra conciliación familiar.
En coherencia con nuestro propósito empresarial, esperamos que las culturas comunicativas y organizativas digitales e innovadoras salgan reforzadas de la epidemia de coronavirus COVID19, independientemente de cualesquiera medidas sanitarias se decidan para el control del contagio.
Hacemos un llamamiento final a la serenidad y la responsabilidad en las decisiones personales de cada miembro de nuestra comunidad para ponerlas al servicio de la salud de todos.
- El proceso transformador de la cultura comunicativa - 29 agosto, 2023
- Herramientas para analizar la cultura comunicativa de las organizaciones - 31 julio, 2023
- Cultura comunicativa: nuestra propuesta transformadora para las organizaciones - 31 julio, 2023